
Pelota dividida
Oveja negra de una tradicional familia de juristas, el actual ministro de Justicia de Javier Milei carga sobre sus hombros un controvertido pasado. Entre causas polémicas, la sospechosa muerte de su exesposa y clientes vinculados a las drogas, la política y el tráfico de armas, Mariano Cúneo Libarona se transformó en una curiosa celebridad.
Cuestionado y controvertido en partes iguales, Mariano Cúneo Libarona es el decano de los abogados mediáticos en Argentina. Saltó a la fama en los febriles años ’90, cuando asumía las defensas de clientes tan polémicos como de alto perfil, y lo hacía gustoso frente a las cámaras de televisión. En una época donde la exposición mediática de los abogados no era común, él la convirtió en su sello personal.
Casi un símbolo de la época, el programa “Mediodía con Mauro” copiaba el formato escandaloso de talk shows norteamericanos como el Show de Jerry Springer, en el que personajes del más bajo mundo ventilaban sus trapitos sucios, y resultaba habitual que los invitados terminen peleándose a golpes de puño, corriendo por el set y atacándose con sillas y pedazos de decorado. En ese mundo peculiar, Cúneo Libarona, quien aparecía eternamente bronceado, se movía como pez en el agua.
Siendo aún muy joven, con apenas treinta años, Cúneo Libarona perseveraba en su obsesión por estar ligado a causas judiciales de alto impacto. Sus propios colegas aseguraban con asombro que “Cúneo el sucio”, como se lo conocía entonces, “era capaz de cualquier cosa con tal de aparecer en televisión”. Algo de esta obsesión, tal vez, cimentó su relación con Samantha Farjat, quien saltó a la fama por la renombrada " Causa del Jarrón" de Guillermo Cóppola y que hasta tenía su propia canción, en la que afirmaba que “Samantha, toda la noche se la aguanta”. El trío, protagonizado por el abogado y la mediática, lo completaba Natalia Di Negri, quien también tenía su propio tema en las radios, en el que se preguntaba “¿Quién me la puso?”.
Su sorpresiva fama le ganó clientes como Guillermo Cóppola, Eduardo Eurnekián y Emir Yoma, cuñado del ex presidente Carlos Menem. Su conocimiento del funcionamiento interno de Comodoro Py, donde comenzó su carrera en los ‘80, le permitió moverse con habilidad dentro del entramado judicial argentino. Con honorarios que llegaron a superar los 500 mil dólares, consolidó una imagen de abogado de la "casta judicial", siempre cercano al poder y sus intrigas.
Entre los casos que marcaron su carrera, se encuentran:
- Caso Coppola: En octubre de 1996, un operativo policial encontró una bolsa con cocaína dentro de un jarrón en el domicilio de Guillermo Cóppola, manager de Diego Armando Maradona. Cercano al entorno del icónico representante, Cúneo Libarona asumió su defensa y, tras 97 días en la cárcel, se demostró que la causa había sido armada con pruebas falsas, lo que valió el sobreseimiento de Cóppola y una condena para Hernán Bernasconi, el juez federal que había ordenado su detención.
- Causa AMIA: Tan sólo un año después del caso Cóppola, Cúneo Libarona asumió la defensa del ex comisario Juan José Ribelli, un complejo personaje acusado de cómplice del atentado a la AMIA, extorsión, asociación ilícita, defraudación y enriquecimiento ilícito. Decenas de escuchas telefónicas se presentaron durante el juicio, que mostraban a Ribelli arreglando con los delincuentes y exigiendo dinero a cambio de impunidad. En este contexto, el juez Norberto Oyarbide encontró que Cúneo Libarona había robado un video que mostraba una conversación entre Juan José Galeano, primer juez del caso AMIA y Carlos Telleldín, primer detenido. Inmediatamente, ordenó su detención. El actual ministro de Justicia estuvo preso 32 días, acusado de encubrimiento y coacción agravada, aunque luego fue sobreseído.
- Yomagate: En 1991, cuando Cúneo Libarona tenía apenas 27 años, estalló un escándalo político que tenía como protagonista a Amira Yoma, hermana de Zulema Yoma y excuñada del presidente Carlos Menem. De acuerdo a la investigación judicial, Yoma integraba una banda internacional de lavado de dólares del narcotráfico que operaba en Europa, África y América Latina. Se comprobó, incluso, que el contacto de Amira y su hermano Emir Yoma, también involucrado en la causa, no era otro que Monzer Al Kassar, uno de los traficantes de armas más peligrosos del mundo. Cúneo Libarona fue elegido como abogado defensor de Emir Yoma, en una controvertida causa en la que se denunciaron aprietes a funcionarios, desplazamientos y ascensos de fiscales y jueces a cambio de silencios y hasta la censura de programas de televisión, como ocurrió con el caso de Tato Bores. Finalmente, el caso fue cerrado y los imputados sobreseídos, en lo que se conoce como uno de los fallos más escandalosos de la historia judicial argentina.
- Muerte de Lourdes Di Natale: Ella trabajaba como secretaria privada de Emir Yoma, y mantenía una detallada agenda de reuniones y actividades, con nombres y apellidos, días y horarios. Cúneo Libarona y Lourdes Di Natale se enamoraron y comenzaron una relación sentimental, a pesar de que el abogado estaba casado y su esposa estaba dando a luz a su hijo. De acuerdo al relato de Di Natale, el hoy ministro de Justicia le aseguraba que “su mujer tiene problemas psiquiátricos y por eso no se divorcia”. No era cierto, sino una estratagema que Cúneo Libarona empleaba cuando se cansaba de una pareja. Tiempo después, Di Natale y Libarona se mudaron juntos. Allí, Di Natale, que había tenido una hija con Cúneo Libarona, registró once denuncias por violencia de parte del abogado, pero nadie hizo nada.
Al poco tiempo de separados, Lourdes decide presentarse como testigos en la causa del tráfico de armas que tenía a Emir Yoma como principal sospechoso. No sólo ello, sino que entregó como pruebas todas sus detalladas agendas. Desde entonces, comenzó a vivir con miedo. Aseguraba ser amenazada y perdió mucho peso a raíz de los nervios. Poco tiempo después, y con la causa judicial aún activa, Lourdes Di Natale cayó de su departamento del décimo piso en el barrio de Palermo. Una pericia policial determinó que no pudo haber sido un suicidio, pero nadie se molestó en hacer nada al respecto. Tampoco Cúneo Libarona, a pesar de que se trataba de la madre de su hija. Su caso se archivó sin que se hayan encontrado a los culpables.
- José Alperovich: Hace tan sólo unos pocos meses, el actual ministro de Justicia libertario decidió hacer las veces de abogado defensor de José Alperovich, exsenador nacional y tres veces gobernador de Tucumán, de profundo arraigue peronista y cercano a numerosos dirigentes de la cúpula kirchnerista. Alperovich estaba acusado de un aberrante crimen: Haber abusado sexualmente en repetidas ocasiones de su propia sobrina. El caso, de alguna manera, desafió los intrincados conceptos filosóficos que Cúneo Libarona tiene de sí mismo. Se trataba de un dirigente peronista que, durante los doce años del kirchnerismo que Libarona tanto denigra, tuvo una relación tan cercana al matrimonio Kirchner y fue tres veces gobernador de su provincia. Esa misma persona, en las antípodas de la ideología que ahora tan tozudamente defiende el ministro, además había abusado sexualmente a su sobrina en al menos nueve ocasiones.
Cúneo Libarona no dudó ni un instante y asumió la defensa del atacante sexual a consciencia. Aseguró la inocencia de su cliente a quien lo quiera oír. Sólo al momento de asumir su rol de ministro de Justicia de Javier Milei decidió dejarle el caso a su hermano, con quien comparte el estudio jurídico familiar. Semanas después, un desentendido ministro de Justicia leía el fallo del juez Ramos Padilla. “Medió violencia, abuso coactivo e intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad y de poder, aprovechándose de que la víctima no haya podido consentir los actos. Alperovich abusó de su sobrina segunda valiéndose de la asimetría de poder que tenía frente a ella. Él era su jefe, detentaba un poder político de inmensa magnitud en la provincia”, aseguró el magistrado, quien lo condenó a dieciséis años de prisión.
Tras su paso por el mundo mediático y judicial, Cúneo Libarona decidió reconfigurar su imagen. Se volcó al mundo académico y se convirtió en decano de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA). Desde allí, construyó su camino hacia la política, logrando en 2023 ser designado ministro de Justicia por el presidente Javier Milei. Su relación con Milei se gestó en los sets de televisión, donde compartieron paneles de debate. Luego, su vínculo se afianzó a través de Corporación América, donde ambos tuvieron participación.
Su desempeño como titular de una cartera tan transversal para el país ha sido, hasta el momento, controvertido. Su historial mediático, su vinculación con clientes vinculados a la farándula, la corrupción, los abusos sexuales y el narcotráfico, y su propuesta de eliminar la figura de femicidio a pesar de haber transitado el posible asesinato de su ex esposa, deja muchas preguntas sin responder respecto a la autoridad moral de una figura que, si algo ha sabido hacer, es reinventarse una y otra vez. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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