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Una serie de fotografías a la que tuvo acceso este medio evidencia la existencia de una flamante flota de vehículos de alta gama que la gobernación escondió en un galpón de la provincia. La polémica llegó luego de la catástrofe en Bahía Blanca.
La provincia de Buenos Aires se encuentra en emergencia financiera, según declaraciones del ministro de Gobierno, Carlos Bianco. El gobierno provincial no cuenta con los fondos necesarios para equiparar los salarios docentes a la inflación, adquirir insumos escolares, otorgar aumentos a los empleados estatales ni completar obras viales que han quedado inconclusas. Sin embargo, en una maniobra que ha generado una fuerte indignación, primero el gobernador Axel Kicillof decidió gastar casi 100 mil dólares en la compra de dos vehículos de alta gama. Ahora, REALPOLITIK descubrió una flota de autos nuevos, sin patentar, adquiridos para sus ministros y subsecretarios.
La revelación de esta compra desató un escándalo político dentro de la administración bonaerense. No es la primera vez que Kicillof realiza este tipo de adquisiciones en momentos de crisis. En 2020, pese a afirmar públicamente que no compraría nuevos autos, el gobierno de la provincia llevó adelante una licitación para adquirir vehículos de lujo por más de 500 millones de pesos. En aquel entonces, el otrora jefe de Gabinete, Carlos Bianco, había asegurado que la compra se había suspendido, pero la apertura de ofertas confirmó lo contrario.
El episodio ahora se agrava con el intento de ocultamiento de una nueva flota de vehículos de lujo. La orden de esconder los autos habría llegado directamente de la gobernación. Los vehículos fueron trasladados a los galpones de la dirección de Automotores Oficiales y Unidad de Logística de la secretaría General, ubicados en la localidad de Tolosa, en La Plata. En ese mismo sitio, la funcionaria Agustina Vila, una de las más cercanas al gobernador, almacena colchones, electrodomésticos y mercadería de la fundación Banco Provincia.
Las imágenes de los autos estacionados en estos galpones son impactantes. Se identificaron Volkswagen Vento y, de manera insólita, al menos un Volkswagen Virtus GTS, una versión deportiva valuada en más de 40 mil dólares. Uno de estos vehículos pertenecería al ministro de Economía bonaerense, Pablo López, pareja de Agustina Vila, quien ya maneja una lujosa Volkswagen Taos, que figuraría a nombre de la cartera que administra López.
Agustina Vila es una de las funcionarias que han ganado mayor poder dentro del gobierno bonaerense tras la salida de Martín Insaurralde. Exdirectora general de Cultura y Educación, Vila es ahora la secretaria General de la gobernación y tiene a su cargo cinco subsecretarías, superando a la mayoría de los ministerios en estructura. Su nombre se encuentra en el centro de la polémica por ser una de las principales responsables de esconder los vehículos de alta gama.
Las denuncias en su contra no son nuevas. Según testimonios de empleados estatales, Vila ha sido acusada de acoso laboral, favoritismo en la contratación de personal y otorgamiento de sueldos millonarios a choferes cercanos a su entorno. Trabajadores con décadas de antigüedad en la dirección de Automotores han denunciado que han sido desplazados para dar lugar a nuevos empleados que reciben salarios abultados sin una justificación clara.
El escándalo ha generado incomodidad entre los propios funcionarios bonaerenses, especialmente en el marco de la catástrofe sucedida en Bahía Blanca: “Si la gente nos ve paseando en estos autos, que no tienen ni siquiera patente, nos va a linchar”, aseguraron desde el entorno de Kicillof, solicitando devolver los vehículos a la Unidad de la Gobernación, que maneja actualmente Nicolás Beltrán.
Mientras los docentes reclaman aumentos salariales y los empleados estatales ven depreciado su poder adquisitivo, el gobernador Axel Kicillof parece seguir un patrón de gestión donde los lujos y privilegios para la estructura política prevalecen sobre las necesidades de los bonaerenses. El destino final de los vehículos sigue siendo un misterio, pero lo que queda claro es que la contradicción entre el discurso de ajuste y la realidad del gasto discrecional ha quedado nuevamente en evidencia. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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